jueves, 12 de mayo de 2011

El ombligo de la Constitución

¿Tiene ombligo el orden jurídico? La sacralidad con que se rodea a la Constitución parece indicar que no. Se nos muestra innacida, como si siempre hubiera estado allí y que allí debe estar para tranquilidad de los pacíficos (pasivos) ciudadanos.

Es mucho más económico y duradero (se lo explicaba Maquiavelo al Príncipe) sostener una situación por persuadir el consentimiento que arrancar el sí a los palos y hoy, la "seguridad jurídica" es un argumento convincente para quien juntó algunas cositas y no las quiere perder. Así, por esas pequeñas mezquindades, avanza el sentido común que aleja los peligros de la casa del amo.

¡No se puede pasar por encima de la propiedad privada consagrada por el articulo 17!, nos dicen los jurisconsultos... ¡hay que "dejar" que la sociedad se regule por la "buena voluntad" de los individuos que saben hacer la diferencia!, nos dicen los economistas. Y nosotros -—la clase media que los sostiene— pensamos: "quizás tengan razón, tal vez con un golpe de suerte podríamos estar nosotros también en ese círculo de privilegio..." y así el statu quo sigue y sigue intacto.

Sería más provechoso para la mayoría que el ordenamiento jurídico, desde la Constitución a la última Ley, garantizara el bienestar colectivo salvaguardándolo de los desbordes individuales; pero lo que se sostiene es exactamente al revés: se salvaguarda el bienestar individual de los desbordes colectivos.

Sin embargo, el más alto nivel de una sociedad es la comunidad misma, nosotros mismos con nuestros acuerdos y desacuerdos resueltos por mayoría. No la letra impresa por más apropiada y oportuna que nos haya parecido alguna vez, por más parecida a una Biblia nos la presenten.

La ley sin ombligo viene desde el fondo mismo de los tiempos para traer la "verdad", la ecuanimidad... la “neutralidad”.

¡Basta de mentir! Aquí no hay ni hubo nunca neutralidad, ni sacralidad, ni todopoderosas autónomas investiduras. Sólo los privilegios que permitimos en nuestro proceso de maduración política a través de los tiempos. La ley la hacemos nosotros. ¿Quién sino?


(nota del autor) Recomiendo especialmente la lectura del “Informe del Despacho de la Comisión Revisora de la Constitución, brindado por el Dr. Arturo Enrique Sampay, el 8 de marzo de 1949” en "Constitución de la Nación Argentina 1949” con estudio preliminar del Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, Edición: Archivo Nacional de la Memoria.