Sobrevuelan los caranchos...
mientras que entusiasmadas
las víctimas festejan el triunfo
La marea imprudente
prefiere no pensar
Mi fe en el pueblo temblequea
pero no me doy por vencido.
Detrás de la helada sonrisa
mis dientes aún muerden con firmeza
pero no me doy por vencido.
Detrás de la helada sonrisa
mis dientes aún muerden con firmeza
