Si nadie venciera el miedo
ni se animara a soñar
si nadie tuviera alas para mirarse desde otro lugar
seria un espejo sobre la tierra
ninguna ausencia que lamentar
Si nunca tuviera errores
naufragios que rescatar
Si nunca rompiera reglas ni tropezara con algún no
tendría su sombra marcando cruces
en las paredes de la prisión
No habría partidas con manos malas
riesgo a perder tal vez ganar
sin encuentros ni desencuentros
sin festejos y sin dolor
Un mundo manso de cementerio
sin nuevos dias por comenzar
Un paraíso muy aburrido
lleno de cuerpos entre algodon
en un perfecto presente eterno
asegurado por dios
Con sus espaldas sobre la arena
mirando el lento paso del sol
(*) En memoria de Estanislao Zuleta (Colombia, 1935-1990)