Copas por espadas

La calle
la vereda rota 
la luz sobre el asfalto  
que piso y cruzo por donde se debe 

Los autos y sus luces rojas 
la llovizna y el frio 
mi garganta que no me deja silbar

Noche de estrellas mudas 
sin olor a comida y sin voces
donde ya casi todos duermen

Mañana me espera un día más 
ordenado, previsible 
y el cansancio previsible 
y el descanso previsto 
con once meses de anticipación

Vida de liquidación sin sobresaltos 
ni sorpresas
con deseos presupuestados en cuotas
que se orejean todo el año

Barajas conocidas
que se cierran y se abren 
esperando que cambien alguna vez
esos cuatro por reyes y esas copas por espadas