Por vagar no me fui
(por andar no me perdí)
en los brazos de otro mundo
Mis huesos son memoria
de insondables sueños de caldenes
del cardo que rueda la huella del sur
Saben dulce a piquillín
(como rojo piquillín)
recuerdos
luces vagas.
Galopa el caballo errante
la voz del hermano
las caras perdidas.
Vellones de tiempo que hila el cantar
Qué bueno estar en mi lugar
(qué bueno estar tranquilo aquí)
desatar todas las horas.
Correr con el puma
silbarle al hornero
soltar nombre y alma.
Por el viento pampa dejarme llevar...
Monte
llanura... inmensidad
Cielo estrellado... eternidad
Errante
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