El guardián del último puesto


Qué dice la lengua a veces
el resto no se hace cargo,
pareciera brillar y alzarse con vida propia
sobre los naufragios y la lástima.

El desierto salado la desprecia
la envuelve en espuma,
el guardián del último puesto
quiere duplicar sus dientes y morderla,
afilar un puñal
y arrancarla. 
Dejar solo una gran boca
que coma
trague
calle.

Vida sin sobresaltos
la vida sin lengua
vida que calla
a los presos de adentro
que zapatean las tripas
y martillan las arterias, 
que buscan agujerear 
los reglamentos y los epitafios,
esos que algún día saldrán
y conquistarán el cuerpo.